Llevo unos días estremecido por la muestras de “dolor” del pueblo norcoreano por la muerte de Kim Jong Il. Que barbaridad. Que pueblo tan sometido. Los pobres…. lo que tienen que hacer.
Por suerte, aquí disfrutamos de un estado de derecho cuyos representantes prestaron voluntariamente la ovación más larga de la democracia a Juan Carlos I por su magistral entrada al palacio de las cortes. Lleva más de 30 años entrando, pero esta vez lo hizo mejor que nunca, se ve que va aprendiendo…., De todos modos, no deja de ser preocupante que el parlamento entienda este acto como el más loable acontecido allí desde 1977….
Entiendo el aplauso en el teatro, la ópera, el circo, los toros, el futbol e incluso la eucaristía, si el alzamiento de ostia logra estremecer suficientemente a los feligreses. No soy un experto en entradas reales, y quizá esta vez lo hizo realmente bien, pero no logro verle el arte a cruzar el umbral del congreso…..
Por casualidad, esta tarde, paseando por la catedral del Salvador de Zaragoza, recordé el juramento que las Cortes de Aragón exigían al futuro monarca “Nos, que cada uno de nosotros somos igual que Vos y todos juntos más que Vos, te hacemos Rey si cumples nuestros fueros y los haces cumplir, si no, no” y me hizo pensar….
